sábado, 2 de octubre de 2010

La masacre en Uchuraccay

La toma de Uchuraccay era primordial para poder tener acceso a la ceja y a los valles. Los primeros rastros de actividad senderista se realizaron en el 1981, cuando un tal "Martín" llegó al pueblo pidiendo trabajo.
Debido al apoyo de los jóvenes del lugar y el repliegue policial hacia las capitales de provincia que dejaron a varias poblaciones sin ningún tipo de protección del estado, Sendero Luminoso pasó a "controlar" el pueblo. Pero desde el principio se encontró con problemas, uno de ellos fue la imposibilidad de erradicar las costumbres indígenas, teniendo que crear un poder bicéfalo, donde regian el pueblo tanto el lider indígena, como el lider senderista.
Uno de los primeros incidentes sucedió cuando "Martín" y cinco senderistas, fueron apresados por las autoridades locales, estando muy cerca de ser linchados. El desquite de Sendero Luminoso fue brutal, asesinaron al líder comunal Alejandro Huamán de un tiro en la cabeza. Poco después asesinaron a otros dos dirigentes comunales con el mísmo método.
En enero de 1983, en Uchuraccay mataron a cinco dirigentes senderistas a puñetazos, puñaladas y pedradas.
El 26 de enero de 1983 unos cuarenta comuneros asesinaron a ocho periodistas peruanos de deferentes periódicos nacionales, que habían llegado a investigar unos asesinatos cometidos por la organización terrorista Sendero Luminoso en un municipio vecino. El guía y un lugareño fueron otras dos víctimas del linchamiento cometido por los campesinos, que tomaron a los periodistas por miembros de Sendero Luminoso, ya que temían una represalia senderista por un previo enfrentamiento. Además, los comuneros, que vivían en constante pánico por el acoso de los terroristas, siguieron los consejos de los ’’sinchis’’, un cuerpo antiterrorista de la Guardia Civil, para que mataran a todos los forasteros viniendo por tierra, quienes serían terroristas, ya que ellos mismos, la policía, vendrían por aire (en helicópteros). Los periodistas, no pudieron hacerse entender, a pesar de que había dos quechua hablantes.
Una comisión investigadora convocada dos semanas después del suceso por el presidente Fernando Belaúnde Terry y presidida por el escritor Mario Vargas Llosa constató la autoría de los comuneros y explicó el crimen por deficiencias civilizadoras de parte de los indígenas. No encontró corresponsabilidad en los "sinchis". En un juicio efectuado a la más elevada instancia tres de los comuneros fueron condenados a quince años de reclusión.
Durante los meses que siguieron al asesinato de los periodistas, 135 lugareños, entre ellos 57 mujeres, fueron masacrados. La mayoría de ellos a consecuencia de incursiones senderistas cometidas sobre todo en días festivos cuando la población estaba concentrada en el centro de la aldea. Pero también el acoso de los militares y paramilitares y la fuerte represión cobraron numerosas vidas. En el curso del año 1984 los lugareños sobrevivientes abandonaron completamente Uchuraccay y se refugiaron en la selva, en municipios vecinos y en Lima.
En octubre de 1993, parte de la aldea se refundó en nuevas casas erigidas a cierta distancia de la ubicación anterior.

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